viernes, 17 de junio de 2016

17 JUNIO

17 JUNIO

En un cálido día de verano me senté junto a un riachuelo en el bosque. Tristemente me preguntaba: “¿cuánto tiempo más, cuánto tiempo?, y me ponía impaciente.

Escuché el arroyo y veía cómo el gua corría y fluía. Los reflejos del sol y del cielo en la superficie del agua cambiaban constantemente, pero ella seguía fluyendo sin cambiar su ritmo.

Entonces pensé: “Yo no puedo empujar la corriente. Fluye por sí misma. En realidad no tengo poder”.

Y entonces me di cuenta de que tampoco puedo empujar la corriente de la vida que me rodea y que sólo podía moverme con ella. Es reconfortante saber que no necesito dirigir esa corriente. Pero es aún más reconfortante el hecho de saber que tengo un “barco” y “remos” para ayudarme a navegar el resto del viaje.

Buen día




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