29 NOVIEMBRE
Todo ser humano que
forma parte de nuestra vida nos ofrece algo que aprender. Otras personas pueden
ser nuestros espejos, reflejando nuestras mejores y peores cualidades. Nos
pueden ayudar a resolver antiguos conflictos que nunca solucionamos. Pueden
actuar como agentes catalizadores, activando ciertas “piezas” nuestras que
deben hacerse visibles para que podamos ocuparnos de ellos.
Asimismo, otras
personas pueden aprender algo de nosotros. Todos estamos relacionados. Esa es
nuestra fuerza más poderosa.
De modo que cuando me
vuelvo impaciente con alguien, o me ofendo frente a la falta de atención
demostrada por un ser querido, o me siento abrumado con la decisión de otra
persona, pensaré que mi profesor o mi espejo están frente a mí, y podré apreciar de la vida estas ofrendas.
“La cañas son débiles
y pueden quebrarse con facilidad; sin embargo, unidas entre sí se tornan
fuertes y difíciles de romper.” The Midrash
Buen día
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